Primeras Villas de Cuba
El Puente Yayabo, que
se levanta en la ciudad de
Sancti Spíritus, único de su tipo en Cuba
y uno de los más antiguos de la isla, se construyó a base de ladrillos,
cal y arena de la zona, sin emplear cemento, asegura hoy un informe
técnico de laboratorio del Centro Nacional de Conservación, Restauración y
Museología.
Maribí Cabrera, ingeniera
del Centro de Patrimonio en esta provincia cubana declaró a Prensa Latina
que el estudio, realizado a diferentes muestras, desmintió la utilización
de cemento traído de Italia, supuestamente influyente en esa fortaleza,
monumento nacional, que se mantiene en pie hasta nuestros días.
Cabrera y Anai Gómez,
especialistas que solicitaron la investigacion, precisaron que al parecer
la confusión surge del término "cemento romano", usado en la época para
referirse a una mezcla de cal, arena y puzolana (rocas volcánicas,
ladrillos, tejas u otras cerámicas) rotas por medios mecánicos hasta
reducirlas a polvo fino y no al conocido material constructivo, empleado
en la actualidad.
Otra confirmación está dada
porque el cemento quedó patentado en 1844, mucho después de terminarse el
enlace entre las dos riberas, por lo que las especialistas explicaron que
su resistencia se debe a la utilización de materiales locales y no a los
importados de Europa.
Las Actas Capitulares y
otros documentos de la época colonial examinados arrojan otro elemento
novedoso, y es que la construcción del puente Yayabo fue asumida por
presidiarios de la región y NO por mano de obra esclava como se pensaba
hasta ahora.
Levantado sobre el río
Yayabo, en la ciudad de Sancti Spiritus, villa fundada por Diego Velazquez
en 1514, este puente es el único de arcos abovedados que existe en Cuba.
Ambas estudiosas realizaron
una detallada cronología de la obra (de 1771 a 1835) que recoge la mayoria
de los detalles de su construcción donde se aclara también que la misma
comenzó en 1817 y terminó en 1831,seis años después de lo que se habia
escrito anteriormente.
Las especialistas revelaron
además que a principios del siglo pasado el puente estuvo pintado de verde
y blanco y su costo total se calcula en alrededor de 30 mil pesos.
La futura restauración de
este antiquísimo puente se verá beneficiada a partir de ahora con las
revelaciones sobre las técnicas y los materiales empleados en su
fabricación, agregaron.
La inexistencia de patrones
de referencia en el Laboratorio imposibilitaron precisar si como afirma la
tradición al mortero o mezcla se le agregó leche de cabra o sangre de
toro, considerados materiales orgánicos.
Por ello la exótica y
querida pieza de la arquitectura local, devenida símbolo de la
cuatricentenaria ciudad continuará como tema de estudio de investigadores
para develar los misterios que aún perduran sobre ella.
Yolanda Brito Aguila